Los discursos parlamentarios de Práxedes Mateo-Sagasta

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Legislatura: 1893-1894 (Cortes de 1893 a 1895)
Sesión: 10 de mayo de 1893
Cámara: Congreso de los Diputados
Discurso / Réplica: Réplica
Número y páginas del Diario de Sesiones: 30, 790-791
Tema: Proceder del capitán general de Cataluña en los juegos florales celebrados en Barcelona

El Sr. Presidente del CONSEJO DE MINISTROS (Sagasta): Pido la palabra.

El Sr. PRESIDENTE: La tiene V. S.

El Sr. Presidente del CONSEJO DE MINISTROS (Sagasta): Comprenderá el Sr. Vallés y Ribot que no estoy en el caso de contestar a su discurso; entre otras razones, porque no quiero disgustar a S. S., que ya ha censurado a los que querían hablar para alusiones personales, sin apercibirse, por lo visto, de que si lo hicieran, vendrían a ayudar a la obra de obstruccionismo de SS. SS., y yo no he de contribuir en nada a semejante obra, que me parece poco patriótica.

Pero he de decir algo en contestación al discurso de S. S., que es lástima no haya reservado para mejor ocasión. Porque le ha sucedido a S. S. en ese discurso, sobre todo en su primera parte, lo que a aquel célebre pintor que por muy poco precio pintó un cuadro para una Catedral; pero los canónigos le colocaron con tan mala luz, que a nadie gustó y se le devolvieron al pintor. Pero el pobre estaba tan necesitado de dinero y temía tanto al descrédito, que les dijo: "tomen ustedes el cuadro, aunque sea de balde; pero déjenme colocarlo a mí." Y en efecto, colocó a buena luz su cuadro, y resultó tan bien, que luego ha sido la admiración del mundo, y su autor uno de nuestros mejores pintores antiguos.

Eso le ha sucedido a S. S. en la primera parte de su discurso. Muy hermoso, muy bien meditado, muy patriótico, excelente, pero en mala ocasión pronunciado.

Viniendo a la cuestión principal, diré a S. S. que, como no se sabe lo que pudo excitar al señor general Martínez Campos en la fiesta de los juegos florales de Barcelona, no se puede tampoco decir si fueron justas o injustas las palabras que pronunció, si es que en efecto las pronunció, porque yo todavía no lo sé.

Lo que puedo asegurar es, que si las pronunció, alguna razón tendría, y que como en los juegos florales no se trata sólo de ensalzar el idioma y la literatura de la región, sino que algunas veces otros oradores han ensalzado y proclamado algunas otras cosas que quebrantan un poco la integridad y la unidad de la Patria, no es extraño que, si eso ha pasado, el general Martínez Campos, que tantos sacrificios ha hecho para fortalecer la integridad de la Patria que ha conducido al campo de batalla tantos soldados que han derramado su sangre para conservar esa integridad, se sublevara contra cualquier palabra o cualquier idea que pudiera tender a amortiguar o debilitar una idea tan sagrada para los españoles; [790] Si lo ha hecho, repito, alguna razón habrá tenido para ello; y si no lo ha hecho, cae por su base el discurso de S.S.

Que el gobernador y el presidente de la Audiencia nada han dicho. ESo puede tener una explicación sencilla, porque yo no tengo noticia de que esas dos autoridades sepan el idioma o dialecto catalán; y en cambio el general Martínez Campos, si no lo habla muy bien, lo comprende perfectamente, y puede haber comprendido alguna cosa que haya pasado desapercibida para el presidente de la Audiencia y para el gobernador.

De todas suertes, la proposición presentada sobre la mesa no tiene razón de ser; si el general Martínez Campos no pronunció las palabras que le atribuye S. S., porque no las pronunció, y si las pronunció, porque de seguro tenía razón para pronunciarlas; y lejos de merecer el general Martínez Campos manifestación de desagrado de ninguna clase, merece por eso el más sincero pláceme de la Cámara, como merece el más entusiasta aplauso de todo buen español.



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